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Pinturas mate, satinadas, brillo... ¿Cuándo utilizarlas?
Existen numerosos tipos diferentes de pintura. Se pueden clasificar dependiendo de su brillo, de su base, del efecto que consiguen, etc.
Hoy veremos la clasificación de pinturas dependiendo de su brillo. Explicaremos todos los tipos y daremos algunas recomendaciones y consejos de cómo utilizarlos y dónde. ¡Vamos allá!
Pintura brillante
La pintura brillante es la que más destaca de entre todo el espectro, ya que refleja mucho la luz y da un aspecto más reluciente a la superficie.
Las claves básicas:
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Es mejor para exteriores que para interiores
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En interiores, es mejor para baños y cocinas que para salones y dormitorios
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Es mejor para detalles que para superficies muy grandes
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Mejor para estilos modernos que para estilos tradicionales
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Es ideal para maderas
La pintura brillante puede resultar muy interesante si queremos destacar algún elemento o superficie, pero debemos de aplicarla con cuidado para no sobrecargar el ambiente.
Por ejemplo, pintar todas las paredes de una habitación con pintura brillante puede ser “demasiado”. Sin embargo, pintarla de un color mate para después colocarle algunos detalles brillantes, puede ser una gran idea.
La pintura brillante no da ningún efecto aterciopelado ni sedoso, por lo que tendremos que tener en cuenta esto a la hora de elegir la estancia en la que la utilizaremos.
Pintura mate
La pintura mate, justo en el lado opuesto del espectro, es la que no produce ningún tipo de brillo. La luz no se refleja sobre ella, por lo que da un aspecto más aterciopelado y "apagado".
Las claves básicas:
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Es ideal para objetos con grietas o defectos, ya que los disimula
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Es mejor para hogares luminosos que para casas más oscuras
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Combina genial con pinturas brillantes de colores claros
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Reparte la luz por todas partes en lugar de concentrarla en un punto
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Es ideal para oficinas o lugares donde se busque la concentración
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Es la más fácil de aplicar
La pintura mate es la que tiene un acabado más curioso. Cuando vemos un objeto, esperamos que refleje la luz de cierta manera, y sin embargo, los objetos mate la reparten de una forma menos intuitiva.
Abusar de la pintura mate tampoco es bueno, ya que le restará ese efecto luminoso y pulcro al hogar. Por eso no es aconsejable para lugares sanitarios, en donde el brillo es necesario para una sensación de limpieza.
Al combinar pinturas mate con pinturas brillantes, lograremos reflejar la luz exactamente donde queremos.
Pintura satinada
La pintura satinada está entre ambas. No es tan reluciente como la pintura brillante, ni tampoco absorbe toda la luz. Produce un leve brillo, pero sin renunciar al "efecto sedoso”.
Las claves básicas:
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Es ideal para cocinas y baños
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Resalta los defectos más que la pintura mate, pero menos que la brillante
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Suele ser la más resistente, es fácilmente lavable
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Resalta mucho el color, por lo que se suelen elegir tonalidades más vibrantes
La pintura satinada no llega a ser pintura brillo ya que reparte mucho más la luz, pero no llega a absorberla tanto como la pintura mate. Es menos rugosa que la mate, pero no tan lisa como la brillante. Es muy recomendada para paredes de acento u objetos medianos como sillas o mesas auxiliares.
Es ideal para estancias en las que buscamos un estilo más elegante y refinado, y combina muy bien con metales y objetos de cristal.
Nota final
¡Recuerda que estas claves y recomendaciones no son ninguna norma escrita! Son sólo consejos genéricos que suelen funcionar con cada tipo de pintura, pero que se pueden romper en cualquier momento.
Tu hogar debe estar a tu gusto, así que ¡déjate llevar por la intuición!
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